Revisado por el Dr. Eugenio Gómez Alatorre
INTRODUCCIÓN
Un aspecto que ha recibido menos atención de la que merece es la relación entre educación y economía. Aunque se ha hablado mucho sobre este tema, aún hace falta una investigación más profunda para comprender mejor la interacción entre ambos. Desde finales del siglo XVIII, economistas, pedagogos y políticos, han insistido que la educación desempeña un papel fundamental en el desarrollo económico de las naciones. La educación no solo afecta la vida económica de las personas, sino que también influye en el presente y futuro de la sociedad.
En la actualidad, la educación sigue siendo un factor crucial para asegurar un mejor futuro profesional, bienestar económico y felicidad para las generaciones venideras. Las decisiones que los jóvenes toman sobre su educación tienen un impacto directo en su desempeño académico y a su vez en su éxito económico.
DEFINICIONES
Primero que nada, para poder entender esta correlación es necesario entender ambos términos. Economía tiene demasiadas y amplias definiciones, pero la más aceptada es la “la ciencia de la escasez”. Esta ciencia sigue siendo el arte de hacer frente a todas las necesidades de una familia con frugalidad. El conocimiento de esta ciencia social es necesario para afrontar con una acción decisiva las necesidades de un país.
Por otro lado, la educación es un proceso social condicionado por el desarrollo económico y político de los pueblos para que un grupo humano transmita a las nuevas generaciones su cultura y sus ideales. Pero podemos adaptar dicha definición a nuestro texto como “formar un tipo de hombre apto para desempeñar en forma eficiente sus funciones sociales, para conquistar su bienestar individual y contribuir al mejoramiento moral y material de la humanidad” (Gotor, 1960)
FACTORES FUNDAMENTALES PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO SEGÚN DOUGLASS NORTH
Una vez establecidos dichos conceptos podemos analizar más a profundidad el tema en cuestión. Douglass North estudió hechos históricos con la ayuda de la teoría económica moderna, la teoría de los precios y las herramientas de la estadística. Él establece que, para lograr el desarrollo económico de un país, se deben considerar tres factores fundamentales: Técnica y cambios institucionales, inversión en capital humano y eficiencia de la organización económica.
Los cambios institucionales implican modificaciones en las reglas formales, las cuales pueden originarse tanto por cambios en la oferta como en la demanda. Los cambios en la oferta suelen deberse a reformas del poder, que afectan la capacidad del gobernante para actuar como un monopolista discriminador. Por otro lado, los cambios en la demanda suelen surgir de mejoras tecnológicas, las cuales alteran la estructura de precios relativos y, por lo tanto, las oportunidades de inversión para los empresarios. Además, estos cambios están influenciados por los gustos de los demandantes, es decir, cómo perciben los precios en relación con sus modelos mentales.
La eficiencia de la organización económica depende del establecimiento de arreglos institucionales que incentiven la canalización de los esfuerzos individuales hacia actividades productivas; por lo cual es relevante la inversión en el capital humano.
La inversión en capital humano es esencial para el desarrollo sostenible de una sociedad. Es crucial reconocer y proteger las invenciones, ya que esto fomenta la innovación y el progreso. La productividad de un país aumentará significativamente si se invierte en educación y se fomenta el desarrollo de habilidades en la población. Cuando una sociedad valora y promueve el capital humano, las probabilidades de crecimiento sostenido son mucho mayores.
Me gustaría hacer énfasis en esta sección que, para el buen desarrollo de la técnica y la tecnología en un país, “se requiere de grandes cantidades de educación” y añade que son necesarias grandes “inversiones en capital humano”. (Fernández-Baca, J.1994)
LA EDUCACIÓN Y SU IMPACTO EN LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y EL DESARROLLO ECONÓMICO
Por otro lado, tenemos a Manuel Cazadero quien analizó las revoluciones industriales y, según él, éstas generan cambios estructurales en la innovación tecnológica, la estructura global y la economía mundial. Sin embargo, Cazadero plantea que la revolución industrial no fue un evento repentino, sino un proceso gradual a nivel mundial. Además, considera que la educación no fue tanto un factor impulsor de la Revolución Industrial como un efecto generado por los cambios en la nueva estructura industrial.
Estos cambios no solo afectaron la economía, sino también provocaron transformaciones sociales profundas. La sociedad debía adaptarse a la nueva tecnología, lo que implicaba una internalización de estos cambios. En última instancia, las sociedades industriales contemporáneas son el resultado de sucesivas transformaciones que determinaron los elementos constitutivos de sus estructuras. (Cuchí, 2023)
Finlandia se transformó de una sociedad campesina tradicional en una economía moderna e industrializada a través de la implantación de un sistema educativo que garantiza iguales oportunidades de estudio para todos, independientemente de su situación socioeconómica. En lugar de fomentar las comparaciones y la competencia entre los alumnos, la escuela básica se dedica a apoyarlos y orientarlos como individuos. Según el texto de Lazarín podemos darnos cuenta de que tener un pueblo educado es una variable necesaria para la industrialización exitosa; por ello es importante destinar parte del presupuesto de la nación en educación. Sin embargo, por sí sola no es condición suficiente, para que se dé el crecimiento económico es necesaria la existencia de un contexto cultural y socio-político significativos, suficientes en cantidad y calidad para que propicien el surgimiento de una sociedad industrial moderna.
Los textos previamente mencionados nos permiten observar una relación significativa entre la educación y la economía. Esta conexión parece haber cobrado fuerza a raíz de la Revolución Industrial, el auge de la economía de mercado y el triunfo del liberalismo como ideología predominante en el mundo occidental. Estos procesos generaron una necesidad aparente en la población de adaptarse más rápidamente a los cambios tecnológicos, las transformaciones en las relaciones de producción y la cultura, en comparación con las sociedades anteriores.
LA EDUCACIÓN COMO MOTOR DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y LA IGUALDAD SOCIAL
El crecimiento económico suele enriquecer a una nación, pero también puede concentrar la riqueza en pocas manos, especialmente en las primeras etapas de desarrollo. La educación, en cambio, se ve como una herramienta fundamental para democratizar la sociedad y promover una distribución más equitativa de los ingresos.
La educación no solo mejora las oportunidades laborales y la movilidad social de las personas, sino que también las prepara para participar en la vida política y social. Esto puede llevar a una distribución más justa del poder y las decisiones en la comunidad. En otras palabras, una mayor inversión en educación puede ayudar a reducir las desigualdades económicas y promover un crecimiento más equilibrado.
En México, como en otros países, los planificadores educativos han trabajado para diseñar un sistema que fomente tanto el crecimiento económico como la redistribución del ingreso. La idea es que una base educativa amplia no solo apoya el desarrollo económico al proporcionar personal capacitado, sino que también facilita la integración nacional y ofrece mejores oportunidades para todos. En resumen, para mejorar la economía de un país es necesario gastar en educación. Invertir en educación es fundamental para mejorar las oportunidades laborales y la movilidad social, facilitar la participación política y social de los ciudadanos, reducir la desigualdad de ingresos y promover un crecimiento económico más equilibrado.
LA EDUCACIÓN Y SU ROL EN EL DESARROLLO DE CAPITAL, TRABAJO Y TECNOLOGÍA
Una de las funciones más nobles que se le asigna a la educación es aliviar la pobreza, creando las habilidades que les permitirían participar en la fuerza de trabajo con altos niveles de productividad, confiando en que la economía generaría empleos para todos. El establecimiento de períodos en el crecimiento y el desarrollo del niño en infancia, niñez y juventud es un tópico de mayor relevancia para la toma de decisiones sociales sobre su bienestar en el presente, y muy especial sobre el futuro tanto de los individuos como de la sociedad (Padua, 2006)
En efecto, la educación ejerce una influencia significativa sobre la economía. Diversos factores educativos inciden en tres elementos clave de la producción: capital, trabajo y tecnología.
Capital:
- El capital no se genera por sí mismo; requiere la acción humana para su producción.
- La inversión en educación contribuye a la formación de capital humano, que a su vez afecta la productividad y el crecimiento económico.
Fuerza de Trabajo:
- Una fuerza de trabajo mejor calificada y especializada es más beneficiosa en el mercado laboral.
- Las economías modernas demandan una fuerza de trabajo diversificada y adaptada a diferentes sectores y ramas económicas.
- Los oficios, ocupaciones y profesiones evolucionan para adaptarse a los cambios impuestos por la innovación científica y tecnológica.
Tecnología:
- El progreso tecnológico se basa en avances y descubrimientos científicos.
- La educación superior y la investigación científica son fundamentales para impulsar la tecnología.
En última instancia, los tres factores (capital, trabajo y tecnología) dependen en gran medida de una población con diversos niveles educativos, desde la instrucción elemental hasta la educación superior.
En resumen, la educación no solo moldea la fuerza laboral, sino también influye en la capacidad de una sociedad para innovar y adaptarse a los cambios económicos y tecnológicos.
EL IMPACTO DE LA EDUCACIÓN EN LA ECONOMÍA Y VICECERSA
Analizar la relación existente entre educación y economía conlleva algunas dificultades, hasta ahora podemos estar de acuerdo en que son dos variables que están fuertemente relacionadas en los procesos sociales. Pero poder analizar qué variable es la causa y cuál el efecto podría presentar un problema porque presenta dos interpretaciones.
La educación puede considerarse tanto como una inversión como un consumo, y su rol varía según el contexto. Cuando se ve como una inversión, la educación actúa como una variable que impulsa el progreso económico. Esto significa que, al invertir en educación, se pueden generar mejoras económicas significativas.
Por otro lado, cuando se considera como un bien de consumo, la educación depende, entre otras cosas, del nivel de desarrollo económico alcanzado. En términos generales, en sociedades con mayores ingresos, el gasto en educación tiende a ser mayor. Esto indica que a medida que aumenta la riqueza de una sociedad, también aumenta su consumo de educación.
Las evidencias históricas muestran la posible correlación entre economía y educación, en otras palabras, son dependientes el uno del otro y, como mencionamos anteriormente, la educación puede ser considerada la variable que causa el desarrollo, por lo que cabría esperar que una alfabetización alta de la población sería un elemento causal de un crecimiento económico fuerte o, incluso, motivar el desarrollo económico.
CONCLUSIÓN
Como hemos podido observar a lo largo del artículo, la relación histórica entre educación y economía, que percibe a la primera como elemento impulsor, es una visión claramente capitalista. Y, por otro lado, con un mayor desarrollo económico, más se exige de la educación. Se podría pensar también que se trata de procesos sociales que ocurren de manera simultánea, de tal forma, que la historia económica de la educación se debe empezar a construir y aunque es un campo poco explorado que, al desarrollarse, ofrecerá un gran impulso para el crecimiento de una sociedad.
Debido a todo esto, parece existir una fuerte influencia del sistema económico sobre la demanda educativa, sobre su cantidad y su calidad. No sólo es importante que llegue a los rincones más remotos de un país o región, podemos observar gran cantidad de ejemplos históricos que muestran que las escuelas no son iguales, aun siendo del mismo nivel educativo. En definitiva, la educación debe de analizarse como un proceso social de dos vías, en ocasiones puede funcionar como variable independiente de la economía y en otras situaciones puede ser un elemento dependiente de ella. Pero, en definitiva, la educación y la economía están estrechamente ligadas.
REFERENCIAS
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Cuchí, V. (2023). Manuel Cazadero, Las revoluciones industriales, Fondo de Cultura Económica, Sección de Obras de Economía, México, segunda edición, 1997. Cuicuilco Revista De Ciencias Antropológicas, 4(10-11), 225–231. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/cuicuilco/article/view/20254
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Nuñez, C. E. & UNED. (1999). EDUCACIÓN y DESARROLLO ECONÓMICO. Revista de Educación, 318, 9-33. https://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:d3297b33-907a-422d-8efc-1935febe3a67/re3180107707-pdf.pdf
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